Desde hace años se comenzó a documentar casos de colapso en el número y en la diversidad de polinizadores, siendo el de las abejas el caso más conocido. Cerca del 75% de los cultivos mundiales dependen hasta cierto punto de polinización por parte de animales, por lo que la actual crisis de polinizadores a la que nos enfrentamos es bastante preocupante.

Aunque cultivos esenciales como el maíz, el trigo y el arroz están a salvo (por lo menos en lo que a polinización se refiere), la producción de un arsenal de frutas, semillas y verduras podría verse en serios problemas si esta tendencia continúa.

En este contexto, los bebederos artificiales para pájaros- y sobre todo para colibríes en el continente americano- son uno de los casos más claros del peligro de la desinformación. Ciertamente los bebederos representan una fuente alterna de alimento, y puede ser incluso que los colibríes se beneficien de su presencia (a corto plazo). Sin embargo, al ser una fuente mucho más abundante y accesible de carbohidratos, los pájaros dejan de visitar a las flores locales y, por lo tanto, no las polinizan.

Es necesario evitar caer en este tipo de prácticas, ya que los polinizadores dependen de las plantas que visitan tanto como éstas dependen de sus polinizadores.